¿Quién no ha tarareado o silbado alguna vez "Por un puñado de dólares" o "El bueno el feo y el malo"? Su autor ha compuesto más de 500 bandas sonoras, algunas de ellas tan reconocibles y admiradas como las de "La misión", "Érase una vez en América", "Cinema Paradiso" o "Los intocables de Eliot Ness". Ennio Morricone es considerado uno de los grandes genios de la música de cine.
Ennio Morricone nació en la capital italiana el 10 de noviembre de 1926. Vivió durante su infancia en el bohemio barrio romano de Trastevere, con sus cuatro hermanos, y sus padres, Libera –ama de casa que puso un pequeño taller de costura– y Mario, trompetista profesional. El pequeño Ennio aprendió enseguida a tocar el instrumento de su padre, y cuentan que a los 6 años ya interpretaba sus propias composiciones, dejando claro que tenía un talento natural para inventar nuevas melodías.
Empieza a destacar cuando compone música para los dramas “El éxito”, de Mauro Morassi, y sobre todo “Antes de la revolución”, de Bernardo Bertolucci.
Ennio Morricone empezó a construir su enorme prestigio. Tanto es así que los productores de “Por un puñado de dólares” hicieron malabarismos para conseguir que el músico trabajara en su película. En un principio ni el director ni el propio músico confiaban demasiado en el resultado ( de muy bajo presupuesto) y decidieron firmar con nombres falsos. No obstante, el éxito fue tan grande que los reestrenos siguientes decidieron incorporar sus verdaderos nombres.
La música de “Por un puñado de dólares” se hizo tan popular que a Morricone se le empezó a conocer como "el hombre del silbido". En las dos cintas siguientes, siguió sacándole partido a los sonidos naturales añadidos a la orquesta. En “La muerte tenía un precio” utiliza un reloj de bolsillo, e incluye aullidos, una tórtola y más silbidos en “El bueno, el feo y el malo”.
Desde entonces, Morricone se convirtió en el compositor oficial del spaghetti western, con títulos como “Una pistola para Ringo”, “Yo soy la revolución”, “Mi nombre es ninguno” o “Siete pistolas para los Mac Gregor”. En este género destaca su trabajo para “Cara a cara” (1967), de Sergio Sollima, donde aplica una fórmula que le da excelentes resultados, comienza con sonidos básicos y naturales en solitario, incorpora la percusión, y finalmente toca toda la orquesta en pleno.
Cinco veces candidato al Oscar sin que le sonriera la fortuna, la Academia quiso compensar esta injusticia. Por eso le otorgó en 2007 el premio honorífico al conjunto de su carrera "por su magnífica y multifacética contribución al arte de la música cinematográfica".
Hombre de fuerte carácter, rompió con Quentin Tarantino porque "coloca la música sin coherencia". El realizador norteamericano, que le había sacado mucha tajada a antiguas composiciones suyas en las dos entregas de Kill Bill, le fichó para escribir la música original de Malditos bastardos, pero finalmente Morricone tuvo que renunciar al trabajo porque no le dio el plazo suficiente. Finalmente, el realizador se apañó con viejas piezas musicales. Tarantino le siguió rindiendo tributo usando cortes musicales suyos en Django desencadenado. "No me gustó, demasiada sangre", dijo el italiano tras verla.
REFERENCIAS DIGITALES
Comentarios
Publicar un comentario